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Los procesos de incorporación continúan transformándose y para lograr una llegada que sea percibida como memorable por los colaboradores es necesario evolucionar las formas de gestionar el talento.

 
 

En un entorno híbrido la complejidad aumenta ya que se trabaja en múltiples entornos, los cuales en su conjunto crean una percepción sobre cómo es la cultura de esa empresa. Ello puede ser muy positivo o muy negativo, dependiendo de cómo se gestione la llegada del nuevo integrante.

Sumando a lo anterior, los primeros 90 días son vitales en el onboarding ya que las tasas de renuncia son elevadas en este periodo. Con talento digital siendo “tentado” por empresas de cualquier parte del mundo es clave para el negocio operar con buenas prácticas para lograr una inducción híbrida que genere huella y sentido de pertenencia desde el primer día.

 
 

Las mejores prácticas para el onboarding híbrido:

 
La tecnología no es suficiente: Desde las áreas de recursos humanos se debe tener en presente que cualquier iniciativa debe estar rodeada por personas que acompañen al colaborador.
 
 
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  El buen uso de la tecnología ocurre cuando se generan interacciones tanto remotas como presenciales ordenadas durante el proceso de ingreso del colaborador. Para que esa llegada sea realmente memorable aplica estas prácticas:
 
  • Elabora una clara estructura del proceso de onboarding para reducir ansiedades y dudas que toda persona tiene al conocer un nuevo entorno laboral.

  • Utiliza videos sobre la compañía para potenciar la marca empleadora, allí podrás contar cómo funciona la organización de forma amena.

  • Cuida los detalles: envía todo lo que necesite el colaborador híbrido para acceder a los sistemas, tanto software online cómo hardware y brinda un toque humano a la gestión con un correo personalizado o una llamada.

  • Manager como garantía de expectativas claras: Un onboarding memorable tiene un componente primordial y es el líder. Desarrollar encuentros remotos y virtuales para aclarar las expectativas del rol y generar confianza es vital. Ello debe ser parte en el diseño de toda inducción exitosa. Destinar tiempo a estos espacios eleva la tasa de permanencia de las personas en la organización.

  • Acompaña a los colaboradores en su integración: un onboarding híbrido sin personas no es memorable, no genera engagement, ni fomenta la adhesión a la cultura de la empresa. En sus primeros días apoya al ingresante con un compañero que lo guíe para conocer la cultura, el estilo de trabajo y ayudarlo en sus desafíos iniciales para operar con mayor confianza y productividad.

  • Menos, es más: no es mejor más información: al ingresar las personas sólo retienen pequeños fragmentos de lo que ven y leen. Asegúrate de diseñar la experiencia para que las personas incorporen información de la compañía en tramos más cortos. Utilizar herramientas de e-learning son una excelente alternativa que permite gestionar dosis adecuadas de información para que sean adquiridas por el colaborador en sus primeros días.

  • Conéctalo con diversos colegas en la empresa: un entorno híbrido tiene un alto componente digital en su interacción. Por ello, desde el día uno es valioso sumar al colaborador a los grupos internos de trabajo.

  • Un buen modelo mixto de onboarding debe tener agendadas las reuniones iniciales con su líder y sus compañeros en presencial o en modalidad híbrida para afianzar los lazos en el equipo y las interacciones de calidad.

 
Además, es valioso que la organización sepa transmitir los valores y las razones para utilizar los espacios e instalaciones en estos modelos blended para potenciar su uso y generar un entorno flexible de trabajo.
 
Finalmente, en este periodo crítico es una “best practice” que fideliza a los ingresantes en el onboarding el solicitar retroalimentación para obtener información de valor y personalizar aún más el proceso de incorporación para hacerlo realmente memorable.